viernes, 4 de octubre de 2013

CASILLEROS DE RAYUELA II

Continuación de la entrada anterior, culminada con la cita del párrafo que analiza la expresión de la cara del Adán de Masaccio y todo lo que esconde, con especial deleite en la expresión "conformidad vacuna" con la que se describen tantas y tantas cosas:



El hombre es verdaderamente el animal que se acostumbra hasta a no estar acostumbrado.
(Capítulo 53)

La vida, como un comentario de otra cosa que no alcanzamos, y que está ahí al alcance del salto que no damos.
La vida, un ballet sobre un tema histórico, una historia sobre un hecho vivido, un hecho vivido sobre un hecho real. La vida, fotografía del número, posesión en las tinieblas (¿mujer, monstruo?), la vida, proxeneta de la muerte, espléndida baraja, tarot de claves olvidadas que unas manos gotosas rebajan a un triste solitario.

(Capítulo 104)



 
De golpe comprendo mejor el espantoso gesto del Adán de Masaccio. Se cubre el rostro para proteger su visión, lo que fue suyo; guarda en esa pequeña noche manual el Último paisaje de su paraíso. Y llora (porque el gesto es también el que acompaña el llanto)cuando se da cuenta de que es inútil, que la verdadera condena es eso que ya empieza: el olvido del Edén, es decir la conformidad vacuna, la alegría barata y sucia del trabajo y el sudor de la frente y las vacaciones pagas.
(Capítulo 132)

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